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11 de noviembre 22 49


ESTO ES FICCIÓN, CLARO QUE SÍ.

Esto es ficción, claro que así, Pensó el Detective Stevenson, y comenzó un monólogo interior macabro, que sigue así:

Lo que hoy escribo es pura ficción. Así no se puede decir que se ataca a alguien, o que cuidado con la paranoia. Esto que acabo de decir es ficción y lo dice un personaje. Al que no pondremos ningún nombre. Quizá Macbeth le iría muy bien. O Ricardo 3. U Ove, o quien sabe: Sorros (del latín “horrorus”). O incluso otros nombres que ni siquiera conocemos. ¿Por qué no podemos imaginar cuando la debacle ya está aquí? ¿Por qué no nos vamos a poner conspiranoicos al extremo aquí. Por qué. Podemos porque es ficción. Claro que lo es. Y eso no implica anular los otros espacios. Sino que desde aquí se trata el todo. De lo contrario hay dictadura de imaginación también.

Todo esto es ficción (y sin embargo quizá el objeto de la fantasía como objeto de pensamiento nos sea más necesario que nunca pues es la única vía que no está controlada y es la vía que siempre desarrolla un algo que aunque inútil aparentemente es sin embargo imperecedero a su manera).

Esto es un juego de ajedrez y las piezas de ajedrez somos nosotros (vaya qué obviedad, permitidme seguir con las obviedades, puesto que como digo es ficción).

¿Dos países? ¿Dos poderes? (¿Tres? ¿Cuatro Quizá? ¡Tanto que no sabemos!) ¿Quién sabe cuántos más aprovechándose de la carne de cañón enceguecida que tienen a su disposición? Cada uno tiene sus piezas: ¡¿Cómo las va a usar?! Tienen alfiles, que son aquellos escurridizos y que patinan diagonalmente. Tienen a los caballos que saltonean y son caudillos líderes. Tienen su pieza Dama, que en el ajedrez puede hacer más movidas. Pieza importante. Y tienen al Rey. Y nosotros apenas alcanzamos a vislumbrar a los peones. Y si ni vemos al rey quién sabe si ni vemos a los caballos, y menos vemos a quien lo maneja. Y quien sabe si éste que maneja las piezas no es tan solo un autómata creado por quien sabe quién. Los poderosos (que se muestran tan estúpidos en televisión y de los que decimos qué ridículos a punto de que dan risa y hacen el ridículo todo el tiempo son en realidad gente maquiavélica: esto es gente inteligente en el falaz “arte” de destruir, de corromper, de engañar y de mentir). Hay que tener sangre fría y corazón de plomo y una ambición sin límites. (Y estas fuerzas habitan en mí también, desde ahí buscamos comprender). (Hace tiempo ya Jung nos dijo que el hombre debe aprender a ver su inconsciente, como no nos dimos el trabajo ahora lo estamos viendo en nuestra “realidad”, pues el inconsciente existe y nos es desconocido pero toma nuestro cuerpo y nos torna en las sombras que somos todos nosotros ahora mismo, así como en la tercera temporada de Twin Peaks, luego de las bombas atómicas).

Hoy más que nunca habría que gritar Macbeth, Macbeth, Macbeth, ¡te quita el sueño! Invoquémoslo para que nos dé por un espacio de tiempo el poder que se necesita para comprendernos y matar a los verdugos. Lancemos las maldiciones de las brujas. Te vas a morir Ove, y no solo tú sino los que te manejan y no solo los que te manejan sino los que manejados por otros, (o quien sabe quizá los mismos), se “enfrentan” a ti. Todo orquestado finamente por mentes tan quirúrgicas en el viejo falaz Arte de MATAR SIN PIEDAD, DE CREAR ESPACIOS QUIRURGICOS, CEREBRALES CELEBRACIONES DE MATANZA.

(Pero “ellos” también somos nosotros. Y no lo somos. EL lenguaje era una traba y había que desbordarlo. Y no. De repente se entendían las contradicciones. Ya no existían. Y de repente también todo estaba muy claro).

El Detective Stevenson llegó a un lugar muy oscuro.

Vio un letrero de neón muy fino: “LA GEOPOLÍTICA DE LA COCAÍNA”.

Descubrió de repente que todo estaba manipulado por la cocaína (y otras cosas más de las que todavía no tenía mucha idea como el petróleo, litio, etc., pero todo ligado como esas complejas redes). Ante la desesperación jaló un poco de la que había. Y era de la más fina. Inhaló porque así tenía superpoderes por un momento. Ya que estos extraños líderes, sujetos y amantes de LA SANGRE INHALABAN TODO EL DÍA ESA MAJESTUOSA COCAÍNA, DESDE QUE ERAN DIRIGENTES, pensó que quizá así trataba de entrar en las mentes maquiavélicas. Única vía. Inhaló.

VEAMOS EL TODO POR UN MOMENTO.

MIREMOS EL TODO.

(Estoy harto de las calles “Marcel”, por un momento estoy harto, como dice Houllebeq, o un personaje ficcional de Houllebeq en todo caso).

Quizá estos hombres serian grandes escritores si invirtieran el tiempo que dedican en matar, en escribir. Quizá LA AMBICIÓN Y EL ODIO NOS CORROEN COMO HUMANIDAD ENTERA Y EN REALIDAD ESO QUEREMOS. Quizá esperamos con ansia el momento de matarnos y degollarnos. Quizá lo vemos como se ve la máxima esperanza. Y quizá esto no nos permite comprender algo que a los maquiavélicos sí. AUNQUE EN REALIDAD NO COMPRENDEN NADA DE LO QUE VALE LA PENA, ES DECIR DE FILOSOFÍA Y POESÍA. Pero comprenden que hay que matar. La Ambición es lo que nos empuja como sátiros descontrolados.

El Detective Stevenson vio lo que era obvio. Que desde ahí en realidad se jugaban las grandes cartas. Y una vez que llegó le ofrecieron (como premio por llegar hasta ahí, tarea harto difícil, formar parte de la Gran Institución, de gente “inteligente”, “sagaz” y “triunfadora”).

El pensamiento vuela se vuelve idea, lo abstracto cobra vida en el silencio.

Dijo un hombre de 22 años en Brasil: “Ustedes lo han tenido todo siempre, y nosotros siempre muriendo de hambre, ahora los vamos a matar, ahora los vamos a cagar”…

¿Quién lo dijo? Sartre dijo que los franceses nunca estuvieron tan unidos como cuando los invadieron los alemanes. O que nunca fueron más franceses. O que nunca fueron más humanos. No recuerdo exactamente lo que dijo, pero algo así dijo. Y esto es ficción o sea que este Sartre, no es ése Sartre (aunque de alguna manera lo es). Y esta inexactitud de la cita no tiene comparación con la inexactitud de ese nuevo aparato político apocalíptico llamado celular. Ahora las dominaciones mundiales se llevan seguramente a una rapidez de la que ni nos damos cuenta. Y seguramente los poderosos se ríen viéndonos usar ese aparato apocalíptico lleno de imágenes tan fáciles de manipular. Tan fácil es manipular a través de las imágenes. Creemos que hemos creado la ilusión y la hemos atrapado pero no hemos creado nada. La ilusión en el mundo es destructiva y sin embargo es la mejor forma de dominación: esto habían comprendido los DOMINADORES DEL MUNDO, como bien se dio cuenta en ese instante el Detective Stevenson. Quizá la Ilusión, destruye cuando no se es consciente de lo que significa “ilusión”. (El cine de Hollywood nos vende “ilusiones” de felicidad hace tantos años).

Unas hordas se levantaron y entre ellos mismos había gente que manipulaba los videos todo el tiempo y todo el tiempo los mandaban.

NO CREAN CIEGAMENTE EN ESOS VIDEOS, gritaba el Detective Stevenson. Piensen. Jalen un poquito si quieren pero solo si son capaces de controlar su adicción (no basta negarla mojigatamente), dijo el detective Stevenson pero ya no quiso jalar más en ese momento. (En realidad olvidó la coca en algún Bar).

Claro, la cocaína brilla, como Tiffanys, como diamantes, es la ilusión hecha droga. Y los narcotraficantes iban y decían ¿quieres gobernar? Ok. Ven te lo damos todo. Te elegimos porque tienes mucho talento. Porque eres capaz, y porque sabemos que harás lo necesario para mejorar tu país (traducción: te elegimos porque eres alguien sin escrúpulos, porque eres un símbolo muy importante para una supuesta revolución) (siempre leyendo bien la historia, siempre un paso delante de los pobres macacos (así los ven ellos) que están perdidos y cegados en sus pusilánimes vidas atrapados a un celular y a la idea de imagen). Pero la imagen se puede romper dijo el Detective Stevenson. Es decir me puedo sacar una foto y me puedo ver SIN CAER NECESARIAMENTE. Tal vez. Hay que entender los aparatos. Hay que entender las cosas. Hay que ver viendo. Es un arma tan letal que se puede usar a mi favor. (Ojalá tuviese la objetividad de dejar de pensar en las series de televisión).

Luego vio el Odio encendido como principal opción en la oficina de “GEOPOLÍTICA DE LA COCAÍNA”. Si en este país se odian por racismos de uno y otro lado, usemos esto a nuestro favor y así ellos se cagan y nosotros seguimos produciendo, ya que eso es lo que importa, dijo el señor Blanco, principal enemigo del Detective Stevenson. El Sr. Blanco, al ser blanco y brillante, defendía los ideales de la “pureza”, de dios y su papa “que también es blanco como yo”, decía, “y que está podrido como yo” decía muy adentro (nadie debía notar que decía esto, nadie, ni él mismo), su color favorito era entonces el blanco, el blanco de la falsa corrección moral y política, el blanco del estuco de las iglesias, el blanco de una ciudad blanca (pero manchada de sangre, esta combinación cromática (rojo sobre blanco) era la favorita del Sr. White).

La imaginación no puede ser supeditada.

La imaginación es necesaria aún en los momentos en que la “realidad” es tan solo la escritura de las mentes más perversas.

No importa quién tiene la razón. Lo que importa es el poder. Es matar. Eso da placer. Joder al otro.

Un militar dijo algo, vio algo, hay que envenenarlo, dijo el Sr. Presidente (el de la obra de Miguel Angel Asturias por si acaso, o sea alguien de ficción, por si acaso).

Ahora comprendo un poco más dijo el Detective Stevenson. Y comprendió que debía o unírseles o huir porque ahora que “sabía que se había quitado la venda de los ojos” era claro que lo buscarían para matarlo.

Dejó la venda a un lado, se puso un antifaz y salió por la ventana.

Pensar / Actuar / Pensar / Actuar.

Ellos también Piensan (pensamientos de matar obviamente) / Actúan (actúan muy mal por cierto, sin embargo como el público no fue mucho al teatro, no reconocen a malos actores y les creen todo. Y les creímos todos). (Aunque hay que reconocer que a veces hacen interpretaciones impecables de ese papel que han ensayado su vida entera. Pero impecables en el sentido de que son tan cínicas que esto de por sí es difícil para un simple mortal, y esto a pesar de que todo el tiempo todos estamos actuando).

Sin embargo el Pensar / Actuar a dónde nos lleva si lo hacemos más profundamente.

Debo ver y describir, dijo el Detective Stevenson.

Cuando el enemigo está por todos lados, como una sombra es cuando más hay que temer y cuando más hay que imaginar también.

Por eso la poesía no puede ser una total pérdida de tiempo, dijo Stevenson. Claro que tampoco lo es todo, divagó. (O quizá sí, dudó).

¿Por qué Orfeo mira a Euridice?, se preguntó.

¿Porque quizá hay que mirar?, hipotetizó.

La oscuridad.

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