01 Apr
01Apr

                                                                                                     Aussitôt que l'idée du Déluge se fut rassise.

                                                                                                                                  RIMBAUD


El mundo está lleno de mundos. Imagina, por ejemplo, un palomar colmado de pequeñas casas que esconden la existencia incomprensible de las palomas.

Supón ahora que conjuramos el brillo del sol, la dimensión de las ventanas circulares de las pequeñas casas desde las que pueden verse empollando a las hembras. Luego continuamos con la fuerza de las alas, el contorno de los granos de maiz, el movimiento de los gusanos, la voracidad de los diminutos parásitos que se hinchan en la carne de las aves. Y seguimos conjurando los huevos que contienen mundos en sus mares de albúmina, el hambre insaciable de los pichones.

Conjuramos para contrarrestar el horror y los días despiadados de las palomas.

Conjuramos para llamar al diluvio, para que estos seres nos traigan en el pico una prueba de indigencia.

Imagina que el cielo se llena de grietas y empieza a llover.

El palomar es tu único destino y entras en él como si toda tu vida te hubieras preparado para hacerlo. El excremento y las plumas dificultan tus pasos, Recorres los senderos intrincados que rodean las pequeñas casas inundadas. Los nidos flotan como cestas  arrojadas a un Nilo de aguas rojas; cada uno contiene un pichón niño que pía mientras se ahoga.

Tus zapatos parecen barcas: se desarraigan para nunca más volver. Pateas los huevos llenos de mundos, los picos y los huesos de los pichones. Giras incansable en la luvia y bailas sin detenerte.

Solo bailas con todas las palomas y el diluvio es tu pareja.


                                [De La espalda es frontera, Carlos López Degregori (Lima, 1952) ]



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