D S I F T R U N E
Sobrevivir matando
Lo que podría parecer la tentativa de una Violencia Total, económica y política, es en realidad el ardor de la modernidad, la miseria humanista
Lo que queda del humano
Ripio-humano para luego revisar qué sigue en movimiento, integrado a un proceso
El residuo se acumula desintegrándose en los procesos que llevan al cuerpo
El cuerpo abierto, agónico de libertad, sujeto a la intervención continua
Aquí aparecerá el parásito no como una unidad, sino como destello del proceso: del parasitismo
“¿Quieres decir que no existe otra manera de relacionarse con lxs cuerpxs que no sea parasitando?”
Siempre hay un intruso para-humano, aunque esto no quiera decir que siempre el intruso sea como un agente político o contractual, alguien con firma, alguien con cédula
Alguien con cédula muere lentamente, muy muy muy lentamente debajo de la lluvia, reconociendo el horror de desdoblarse sin miseria
Con miseria el proceso por el cual se evidencia cómo los brazos se caen de los brazos, cómo la boca se cae de la boca, cómo la lengua deviene tentáculo sobre el hueso maxilar
Sin miseria
Sin miseria
A veces, Robert, no tenemos mucho tiempo para nosotros dos, porque siempre se siente como si algo nos chupara la vida, como si hubiera un vampiro inoculando el sol nocturno de nuestros pechos
Las llamas del ojo ciego
Siempre hay un intruso porque todo devenir es doble, así como la maquinaria de extracción de vida es tanto metálica como una gran imagen
Objetos abstractos que reposan sobre el cadáver del cuerpo social
Si no hay humanismo, el cuerpo social se desterritorializa y comienza a ser invadido, parasitado
Paramilitarismo define a cierto devenir del Estado y al mismo tiempo es el parásito que arruga y succiona el devenir lentísimo de la Tierra en el cadáver del cuerpo social
Se alisan también las carnes que parecen manos, aplastadas contra el suelo sangriento
El paramilitarismo también constituye una potencia extra-moral, una suerte de reacción precisamente contra el Estado
Violencia
¿Qué es la mística si no figuras para la ficción especulativa?
Motoko Kusanagi sumergida, buceando
Motoko Kusanagi abierta al fin del cuerpo
La ciudad poblada de seres que se ven como tú
La desconfianza que brota del sol, de las imágenes, más soles
Motoko Kusanagi ante el cuerpo como ante un edificio atestado de escenas publicitarias
Lo mismo podrías decir del fuego, ¿sí o qué?
No habría que acabar aquí la metáfora del cuerpo invadido de imágenes, si el cuerpo mismo es industria imaginal (por ende, figural), o algo que habría que llamar arena o riego o el combustible con que los ojos ponen a andar sus exo-mecanismos
Entonces el parasitismo es preindividual y define también la manera en que la violencia se produce o es registrada
Si hablo de registro es, precisamente, porque pienso en acumulación
¿Toda producción es producción de residuo?
El parásito se aproxima al cuerpo y no sé qué pasará si, de repente, se desperdiga acelerándose
Los afectos, pues, funcionan de este modo, como infiltrándose mínimamente (pero definitivamente) en los cuerpos, en los actantes, en toda aquella red que se rompe y amenaza con su propia desaparición continuamente
Entre cada espasmo de las redes, el parásito “respira” y se acopla con más o menos definición y tortura, produciendo a su vez más espasmos y ruido y gozo y una suerte de alegría negra que brilla como el petróleo en la boca de una laguna (como una sirena que duerme bajo la lluvia en la boca de una laguna, a las orillas, en alguna playa)
Siempre perdemos algo
Despedazamos el “corazón”
Entonces los parásitos serán también un órgano, una suerte de órgano sin cuerpo que rebota o se refleja, que produce imágenes perversas que se disuelven como humo en una tormenta, que brilla con insolencia incluso cuando no es visto, cuando las ondas proclaman los residuos (espirituales) que los cuerpos generan con el simple movimiento
Con el simple movimiento del horizonte de eventos
Con el simple horizonte de eventos que el movimiento prefigura en cada momento, infinitamente dentro de esta circunstancia de encierro y declive, exterminada desde su concepción como tierra, nacida abyecta, derrotada en su dignidad
Pero la tierra no sabe de argumentos humanos y todo humano no es más que una angustia genérica de la que la Tierra no se “responsabiliza”
Entonces el parasitismo también puede ser una ausencia que se positiviza rápidamente, perdiéndose de la vista, como un licitante que no debía aparecer en la composición del cuadro fiscal
* La imagen fue hecha por el Matt, otro cabro descabreado.